Hubo una vez un poeta que aprendió a caminar, incluso a correr vigorosamente, antes que casi nadie en el mundo del arte (¿hay algo más 'artístico' que escribir poesía?). Cuando tenía unos 20 años renunció a continuar, y, aunque no dejó de viajar y ver mundo, nunca retomó la tarea creativa que finalmente le encumbró como a uno de los espíritus más extraordinarios de la humanidad.
Goethe dice:
"Crea, artista, no hables". Y eso es lo que hay que hacer.